Beeraneando en USA 4. Dogfish Head 61, 120.

El pasado viernes acudimos a una licorería local que había organizada una cata-degustación de varias cervezas de Dogfish Head. Las conocíamos casi todas pero decidimos acercarnos. La cata estuvo guiada por el distribuidor de la marca en el norte de Delaware y Pennsylvania y fue muy interesante hablar con él, no sólo acerca de las birras también de cómo la cervecera ha crecido en los últimos años, o de los problemas que como distribuidor está teniendo. DFH se está haciendo muy popular en este país y los distribuidores están teniendo problemas porque la demanda que tienen supera con creces la capacidad de producción de la marca.

Probamos varias cervezas, Festina Peche, Namaste y 60 Minute ya las conocíamos. Su Indian Brown Ale nos gustó mucho, una especie de scotch ale con notas de IPA, mucho cuerpo y sabor muy potente. La otra que había en la degustación era la 61 Minute IPA, un cerveza híbrida como ellos la denominan. Para su elaboración se utiliza el mismo mosto que que para la 60 Minute, y cuando está en pleno proceso de fermentación le añaden mosto de uva Syrah, tiene los mismo IBUs que la 60 Minute, 60, y un poco más de alcohol, 6,5%APV. En vaso tiene tonos cobre claro y rosado y un dedo de espuma jabonosa que también tiene ese toque rosa. De hecho, si no fuera por la espuma se podría confundir con un vaso de clarete, turbio y en el que no se ven burbujas. En nariz ofrece aromas cítricos, de pino y de fruta, aquí se nota la uva. No es tan potente en nariz como la 60 Minute pero es más compleja. Las notas de fruta que da no son de fruta madura como otras cervezas en las que estas notas son fruto de la fermentación, son frescas, ácidas y dulces. En boca encontramos caramelo, fruta, pino y especias. Recuerda un poco a un vermut con menos cuerpo, y tiene un puntillo ácido. Combina notas amargas, dulces y ácidas, todas ellas muy bien integradas en una cerveza equilibrada. Tiene un cuerpo suave y es seca. Una carbonatación baja, como una IPA, pero que se nota en la lengua. El final del trago es largo y otra vez equilibrado, con una primera sensación amarga y un retrogusto dulce.
Una cerveza para quitarse el sombrero. Como todas las de DFH está muy bien elaborada y es redonda, pero además es innovadora y han encontrado una combinación que funciona muy bien. Probaron con diferentes tipos de uva antes de encontrar la que maridaba bien con su cerveza y que a la vez no daba muchos taninos. A mí particularmente me ha encantado, me recuerda a una oud bruin, pero más suave, fresca y con menos cuerpo. Las notas de fruta que da no son tan maduras, ni tampoco tiene un perfil ácido tan marcado. La cerveza perfecta para los aficionados al vino que quieran meterse en la birra.
Guardaré alguna botella para ver como envejece, el organizador de la degustación me dijo que él lo había hecho y le había gustado mucho el resultado.

Había leido en las redes sociales de Dogfish Head unos días antes que habían puesto a la venta el segundo y último lote del año de su 120 Minute IPA, así que aproveché para hacerme con unas botellas. Es una Imperial IPA con 120 IBUs y unos 18%APV. Una vez leí en un blog que recomendaban comprar un paquete de 4, beber una en el momento, guardar una 1 año, otra 2 años y otra 5 años para ver como evoluciona. No sé si seré capaz de hacerlo, lo que sí que hice fue beber la primera. Para la elaboración de esta cerveza utilizan su famoso método de adición continua de lúpulo durante 2 horas. Denominan su propia cerveza como el "santo grial de los amantes del lúpulo" y sólo la elaboran en lotes limitados sin continuidad durante el año. Es por ello que si uno encuentra esta birra en las estanterías de una tienda debería hacerse con unas botellas.
En vaso es ámbar, tiene un naranja como de melcotón maduro. Buena espuma jabonosa con burbuja muy fina y buen encaje.  En nariz es muy intensa, nos deja notas de pino, caramelo, piña, pan y flores, ni muy seca ni muy dulce. También notamos alcohol, especialmente al moverla. Durante la cata esta sensación va variando y, al igual que algunos vinos que necesitan respirar, después de un rato servida el alcohol es menos agresivo en nariz. En boca es muy intensa, resinosa, cítrica, herbal y caramelosa, con algunas notas tropicales. Amarga pero equilibrada, el aumento de minutos de hervido del mosto y de adiciones de lúpulo no se refleja en un aumento considerable de la sensación amarga, de hecho diría que la 60 Minute es más amarga, esto es porque añaden una considerable cantidad de maltas para contrarrestar. En lo que le gana esta cerveza a sus hermanas pequeñas es en la intensidad del trago. Tiene un cuerpo de densidad media, baja carbonatación y un paso por boca sedoso. Lo más impactante de esta cerveza es el final, muy largo, muy intenso y con una mordida alcohólica importante, dejando un retrogusto como de fuego, casi como el de un licor. No es tan amargo como se podría esperar, otra vez los cerveceros han buscado el equilibrio con éxito.
¿El santo grial de los amantes del lúpulo? No lo sé, desde luego es un cervezón intenso como pocos, hay que pensárselo bien antes de beber una botella entera, no tener nada que hacer después y tomárlo con calma. Los primeros tragos dejan la sensación alcohólica de un licor, cosa que va cambiando según pasan los minutos, pero es una cerveza, es decir, su carbonatación y paso en boca no son los de un licor.
Yo he probado otras cervezas en las que los lúpulos destacan más, por ejemplo la Stone Ruination 2.0. En esta cerveza la intensidad va a bloque, el amargor, el caramelo y el alcohol están elevados a la máxima expresión, y en mi opinión funciona. Ahora entiendo a los que recomiendan dejarla envejecer, seguro que esas notas alcohólicas del principio se integrarán mejor. Y como no tiene un caracter de lúpulo superficial tan marcado no tiene tanto que perder con el tiempo.

Salí de la tienda con una selección de botellas de DFH, casi todas ellas cervezas que elaboran raramente y que tenía muchas ganas de probar. Ahora sólo espero que hagan bien el viaje de vuelta. ¡Salud!



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