Cervezas Bizantina.

Hasta La Unión nos desplazamos para visitar a William Gallo en la fábrica en la que desde hace ya más de un año elabora la cerveza Bizantina. A William lo habíamos encontrado últimamente en algunos eventos y desde el primer día estábamos deseando hacer esta entrevista. Es un hombre sencillo y apasionado, que desprende una serenidad y una sabidura pasmosas. Nos invita a entrar en su fábrica, la cual nos disponemos a visitar mientras charlamos con él.

William en su fábrica.
Empezó elaborando cerveza en casa hace unos diez años y desde entonces nunca lo ha dejado. Tras estar durante un año y medio en el paro y recibir el apoyo de su entorno decide montar su microfábrica. Residente en Cartagena, eligió esta ubicación de La Unión por conveniencia logística y por las características idóneas del local que encontró. A finales de 2.013 consigue el registro sanitario que le permite comercializarse, pero no es hasta 2.014 que realmente comienza la actividad. En estos principios comienza elaborando una cerveza negra, una stout, y la ale que actualmente comercializa. Con el tiempo deja de hacer la stout, pues no es un estilo que tenga mucho tirón en el sureste español. Siente que si hubiera cambiado la stout habría tenido más éxito, pero prefirió dejar de hacerla que hacer una cerveza que a él no le gustara. Tras la adquisición de los equipos adecuados para su acondicionado comienza elaborar su lager, la otra cerveza que actualmente tiene en catálogo.

Mesa de preparación de levaduras.
Fermentadores,
Pasamos a hablar sobre el proceso de elaboración de sus cervezas. Cruzamos la pequeña oficina que encontramos en la entrada de la fábrica y pasamos a una habitación contigua en la que almacenan las maltas, todas ellas alemanas. Esta habitación queda muy cerca de la entrada. Esto lo ha diseñado así porque el polvillo que suelta el cereal puede ser fuente de contaminación, de esta manera los sacos recorren el menor espacio posible dentro de la instalación. Habitualmente muele el grano y lo pasa a la sala de maceración y hervido. Como el agua de la región tiene una dureza alta, utilizan tres filtros, uno de cal y dos de cloro. Tras un hervido enérgico para que precipiten mejor las proteinas y dejar una cerveza más clara y con menos residuo enfría con placas, añade la levadura, con la que prepara un starter el día anterior, y pasa el mosto a los fermentadores donde se acondiciona a su temperatura correspondiente. Está muy orgulloso de contar que no añade nada de azúcar en la segunda fermentación, por ello corta la fermentación cuando el mosto ha llegado a cierta densidad, entonces vuelve a añadir algo de levadura y embotella, obteniendo la carbonatación por fermentación de los azúcares que quedaban en el mosto. Esta es una técnica compleja y con la que es muy difícil obtener consistencia en la carbonatación, por ello le gustaría contar con fermentadores y embotelladora isobáricos, para poder controlar en todo momento la presión. 
Etiquetas listas para colocación.

Después del embotellado y el tiempo de maduración la cerveza está lista para el consumo. Otra vez en la oficina nos explica que él mismo ha diseñado un programa informático de gestión de calidad con el que trabaja en la microcervecería. Él es programador informático y este programa no sólo gestiona los procesos de la elaboración, también prepara los impuestos especiales que la cervecera tiene que pagar. De acuerdo a la densidad y a la graduación alcohólica del producto final, automáticamente crea los impresos de impuestos especiales a la vez que emite las facturas de sus clientes. Un programa muy eficiente y que está pensando en comercializar, como software específico para microcervecerías.

Tras conocer la fábrica y escuchar acerca del proceso de elaboración, abrimos unas cervezas y seguimos charlando sobre el panorama cervecero regional. Está muy contento de su participación en la pasada feria de Fuente Álamo. Era su primera feria y está muy agradecido a la organización de la misma por la posibilidad que les dio a los cerveceros para dar a conocer sus productos. Piensa que desde la asociación EL Grito se preocuparon de verdad por los cerveceros, ofreciendo los puestos a un precio muy asequible. Es esta una ayuda que todos necesitan pues los pequeños cerveceros sufren para llegar a fin de mes, y nadie, desde ningún estrato de la administración local o regional ha ayudado lo más mínimo a estos emprendedores.

Bizantina ale.
Repasamos ahora las dos cervezas que Bizantina tiene actualmente en el mercado.

Una ale rojiza de 5,5% APV y un color cobre oscuro, alrededor de 30 EBC. 
En vaso presenta una buena capa de espuma y aspecto mate. En nariz es intensa, con aromas de caramelo, hierba, especias y fruta madura. En boca volvemos a notar la fruta, ciruelas pasas, caramelo y especias. Tiene un cuerpo poco denso y es cremosa. Su final es largo, de intensidad media. Deja un toque alcohólico y seco.
Buena cerveza para maridar con carnes en salsa u otros guisos. Buen sabor y fácil de beber.


Su otra cerveza es una lager, también de 5,5 % APV y un color de alrededor de 20 EBC.
Bizantina lager.
Al servirla sale una gran cantidad de espuma que tarda un tiempo en bajar. En vaso es ámbar y mate. En nariz es equilibrada y suave, con un aroma muy agradable a lúpulos nobles, con notas terrosas y herbáceas, también de pan fresco. En boca es más intensa, tiene sabores de avellana y nuez moscada, también algo de resina y hierba fresca; compleja y muy sabrosa. Tiene un cuerpo medio, y es suave. Al servirla tiene una carbonatación excesiva, hay que dejarla reposar unos minutos para que la burbuja no nos llene la boca y nos deje apreciar su sabor. Su final es largo y amargo.
Buena cerveza que de mejorar la consistencia de su carbonatación, en barril sí que lo ha logrado, pasaría a ser una gran cerveza.  Muy equilibrada y con una intensidad de sabor que no encontramos en lagers corrientes.

Estas cervezas ya se pueden encontrar en diferentes locales de La Unión, Cartagena, La Manga o Murcia. Está muy contento porque han conseguido vender su cerveza en lugares tan exigentes como el campo de golf de La Manga, sitio donde es muy difícil entrar.
También realizan visitas guiadas a su fábrica, en las que explica el proceso elaborativo y hace una cata con sus cervezas. Estas visitas se realizan a través de la empresa Turinde.

De vuelta en su oficina nos fijamos en diplomas y recortes de periódico que tiene en la pared.
Del primero, un título de un curso de elaboración de cerveza, nos cuenta que este fue impartido por Alex Smichd, el que ha sido su mentor en el mundo de la cerveza. El maestro cervecero de Naturbier le ha pulido como elaborador, le admira y le está muy agradecido. Con él mantiene el contacto y valora mucho su opinión acerca de nuevas recetas o de las cervezas que produce.
En un recorte podemos leer que William recibio el premio al emprendedor del mes de la Región de Murcia en julio de 2.014. Le fue entregado por el Instituto de Fomento de la Región por su proyecto de negocio y estudio de mercado. Fue un buen espaldarazo en su momento recibir este premio, pues le demostró que estaba haciendo las cosas bien.

Durante un buen rato seguimos hablando. William tiene muchas ideas acerca de cómo promocionar su producto. Además piensa que los cerveceros murcianos deberían unirse, como ya lo han hecho en Cataluña por ejemplo, para poder competir mejor en un mercado tan difícil como es el de la cerveza artesana. Tomamos nota de sus ideas pues se expresa con una lucidez que no nos deja indiferentes. No nos extraña que obtuviera un premio por emprendedor, estudia y analiza todas las facetas del negocio, imagen, software, distribución, y sobre todo la cerveza, cuya elaboración mima y cuida.
"La boca de una persona es su templo, y si nos dan el privilegio de entrar en él debemos hacerlo con el máximo respeto y humildad". Esta frase pronunciada por él nos acompaña de camino de vuelta de La Unión. Cuando alguien pone tanta pasión y cuidado en un proyecto esto se transmite y las posibilidades de éxito se multiplican.  Y estamos seguros de que eso es lo que le aguarda a William y a Cervezas Bizantina. ¡Salud y buena cerveza!
Cajas de Bizantina y stand de ferias.

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