Reseña del encuentro gastronómico-cervecero del Molino del Río.

Hace ya una semana, el 5 y 6 de octubre, el Molino del Río organizó su primer encuentro de gastronomía y cerveza artesana. Con un programa cargado de actividades durante los dos días, este evento consiguió unir a algunos de los mejores cocineros y profesionales de la hostelería de la región de Murcia con varios de los cerveceros que trabajan en nuestra región y alrededores.

Por motivos laborales llegamos tarde para los eventos que hicieron por la mañana. Nos perdimos la presentación del encuentro por parte de Encarna López y del resto del equipo del Molino. Tampoco pudimos charlar con los cocineros, ni participar en el curso de defectos de cerveza guiado por el expresidente de la ACCE. Una pena no estar presentes en estas actividades, pero llegamos a tiempo para pasar un gran rato en compañía de amigos cerveceros como vamos a contar.

Menú degustación
Borracho y Exulans stout.
Nada más llegar nos sentamos en una mesa con los cerveceros presentes y comenzaron a servir el menú degustación preparado por los cocineros invitados. Los presentes y los cocineros pudieron comprobar algo que nosotros ya sabemos, que la cerveza es una gran acompañante para regar platos de alta cocina, tan buena como el vino. Ofrece matices y realza el sabor de algunos platos, o contrasta los de otros, complementando así la experiencia gastronómica.
Todos los platos tuvieron un gran nivel, muy originales y estuvieron muy bien acompañados por las birras de la carta. No vamos a hacer aquí una reseña completa del menú, porque eso supondría una entrada por sí misma, sólo diremos que el nivel fue altísimo. Seríamos injustos si destacáramos algún plato sobre otro. Hablando de los maridajes, el último, bizcocho borracho con Exulans stout, fue el que más interesante nos pareció. También destacaremos que el único cambio con respecto a lo anunciado en manú fue la ausencia de Alegría, suplida por una pale ale del Molino del Río.

Al terminar la comida pudimos visitar las flamantes nuevas instalaciones cerveceras del Molino del Río. Jonatan Vinal nos guió durante la visita, describió los equipos que han adquirido y nos dio detalles acerca del proceso de producción que siguen en la cervecera, desde el tratamiento del agua de manantial que utilizan hasta los fermentadores isobáricos con los que cuentan.
Visita a fábrica guiada por Jonatan Vinal.
Cervezas de la cata.
Terminamos la jornada con una cata guiada por Héctor Pastor de Gastrobeer. Comenzamos con la Sunset Session IPA de Naparbier, una birra muy aromática y tropical, que increíblemente seguía con todas sus condiciones intactas después de 6 meses tras el embotellado. Seguimos con la Falken Cobra, una imperial IPA de corte americano caramelosa y amarga, menos aromática que la anterior y con un toque más a resina. La Ernest & Chus de Yria y Medina, una saison macerada con ron y cedro. Muy interesante, con toques ácidos, dulces, y dominada en nariz por el cedro, tanto que nos recoradaba a los lápices del colegio tras haberles sacado punta. La última fue la Vanilla Black Velvet de La Quince y Guineu, una Russian imperial stout muy intensa y con un aroma mezcla de vainilla, cacao y café muy rico. Una birra a la que seguro le sentaría genial una buena guarda.
Muy buenas cervezas, todas ellas difíciles de conseguir en la región que pudimos probar gracias al equipo de Gastrobeer.

Equipo de MDR y Héctor Pástor.
Y esto puso punto y final al gran día que pasamos en las preciosas instalaciones del Molino del Río.
Un encuentro que nos gustó mucho, la comida y las cervezas excelentes y el resto de actividades programadas súper interesantes. Dejamos un enlace con más fotos de las mismas, aquí.
Fue una gran iniciativa por parte del equipo del Molino del Río la organización de estas jornadas. Poniendo en contacto a cocineros de gran nivel con los cerveceros regionales promueven el conocimiento mutuo de ambos mundos, que todavía siguen separados en nuestro país. La cerveza artesana es un fantástico maridaje que debería estar presente en más restaurantes, muchos de los cuales cuentan con extensísimas cartas de vino, perfecto, pero sólo con una cerveza de barril, y a lo sumo con un par de opciones en botella, pero siempre del mismo estilo. Por otro lado, los cerveceros pueden mirar al mundo de la gastronomía a la hora de concebir nuevas recetas para sus elaboraciones. Una buena vía para que la mayoría de los consumidores cambie la idea de cerveza = refresco es pensar en desarrollar la idea de los maridajes igual que están pensados en el mundo del vino. Hoy en día todos sabemos con qué vino maridaríamos un marisco, o qué tipo de carne elegiríamos para tomar con un garnacha, si se pudiera llegar a ese punto con la cerveza, al igual que en Alemania, se habría andado un gran camino.
Nada más. Gracias a la organización y a todos los participantes. Esperamos que el año que viene repitan. ¡Salud!

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