La Ronda #35. Macros y micros.

Otra vez nos apuntamos a La Ronda, esta vez propuesta por Humulus Lupulus.

El tema a debatir, la relación entre macro y microcerveceras, algo que está de plena actualidad, más aún tras la compra por parte de Heineken del 50% de Lagunitas. Un tema que suscita las opiniones más encendidas y provoca reacciones airadas, como ejemplo este tweet de James Watt de Brew Dogs anunciando que en sus bares iban a dejar de servir Lagunitas tras conocer la transacción.

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¿Macrocerveceras y microcerveceras, enemigos íntimos o amigos de conveniencia?

Bueno, seguramente no hay una única respuesta a esta pregunta. Por un lado está claro que las grandes cerveceras, están haciendo grandes esfuerzos por meterse en el mundo de la cerveza artesana. ¿Para qué? Para llevarse una parte del pastel. No olvidemos que estas corporaciones están asesoradas por analistas comerciales y generalmente estos aconsejan diversificar en sus inversiones. Además, a priori es un buen negocio, una gran marca comercial compra una industria artesana que ya está funcionando bien, invierte dinero en ella y está lista para inundar el mercado con litros y litros de buena cerveza por un precio mucho menor del que lo hacían los artesanos. Por todo esto no es de extrañar que muchos cerveceros artesanos vean a las grandes corporaciones como el enemigo, y real y comercialmente lo son. Algunos artesanos son bastante beligerantes a la hora de expresar su opinión en esta dirección, podeis leer un ejemplo de ello en esta entrevista a Sam Calagione, considerado un abanderado de la industria artesana estadounidense. El propio fundador de Lagunitas Tony Magee declaraba hace unos meses que se sacaría los ojos antes de vender su empresa a AB InBev. Por lo visto el dinero procedente de Holanda no le molesta tanto.

Foto sacada de aquí

La otra cara de la moneda. ¿Habéis visto alguna vez una imagen de una ballena nadando con muchos peces pequeños alrededor? Esos peces aprovechan la inercia del movimiento de la ballena para nadar más eficientemente. Eso mismo le ha pasado a ciertas compañías  artesanas gracias a la aparición de las grandes corporaciones en el mundo "artesano". En este libro de J.M. Bernstein, que no puedo recomendar lo suficiente, podeis leer una entrevista extensa al fundador de Allagash. Esta es una compañía de Portland, ME, especializada en la elaboración de cervezas de corte belga que tiene una wit llamada White como estandarte. Pues bien, podemos leer que la cerveza tuvo un éxito moderado en su salida al mercado, los clientes no estaban acostumbrados por allí a las cervezas turbias. Pero, según declara Rob Tod, la aparición y el éxito de Blue Moon, cerveza propiedad de Coors, ayudó a la aceptación de ese estilo de cerveza y desde entonces la suya es un éxito comercial. Es pues este el ejemplo de una cervecera artesana que se ha visto beneficiada por el tirón comercial de una macro. A nivel nacional podríamos decir que la expansión de grandes marcas europeas, aunque algunas sean relativamente interesantes, ha hecho mucho por que el consumidor se interese en probar nuevos sabores, y eso beneficia sin duda a la industria artesana.

Foto sacada de aquí.

Tras esta primera reflexión nos damos cuenta de que el debate sobre este asunto no está nada claro. Si además profundizamos en la distinción entre lo que es una macro y lo que es una microcervecera el tema se complica aún más. Hay empresas americanas consideradas artesanas que venden más barriles de cerveza al año que algunas cerveceras "industriales" españoles. ¿Cuál es pues la diferencia entre ellas?. ¿Qué hay que hacer para merecer la etiqueta "artesano" y cómo se pierde?
Otra vez no encontramos una respuesta definitiva, nosotros vamos a hacer una división de las cerveceras en tres grupos principales. Hay grandes cerveceras en este mundo que son absolutamente respetables y que producen productos de calidad altísima a precios muy competitivos, ejemplo de ello algunas cerveceras belgas o alemanas. Nada que decir en contra de ellas, en absoluto, esas empresas han encontrado el equilibrio perfecto, están bien posicionadas a nivel mundial con un producto ganador y tienen la estructura suficiente para rebajar costes y disfrutar de una excelente distribución. Perfecto.
Por otro lado hay grandes empresas que elaboran cerveza que parece que están en este negocio como podrían estar en cualquier otro. Ejemplo de ello, la mayoría de cerveceras "industriales" españolas. Hablando de Murcia, Estrella de Levante cumplió 50 años en 2013. Pues bien, no sólo siguen haciendo el mismo producto de calidad relativa, una pilsen que no madura lo suficiente antes de salir al mercado, si no que en todos esos años de éxito comercial, y de casi total monopolio del mercado regional, no han sido capaces de sacar otra cerveza. No son cerveceros inquietos con ganas de innovar, de probar otras recetas, o de mirar un poco más allá de aquello que les da el mayor rendimiento comercial.

Foto sacada de aquí.

El tercer grupo de empresas dedicadas a la elaboración de cerveza del que vamos a hablar es el grupo de las llamadas, en los últimos años, cerveceras artesanas. Dependiendo del tamaño, nano en el caso de algunas españolas que conocemos, o macro en el caso de algunas estadounidenses, estas cerveceras tienen como denominador común el hecho de que constantemente toman riesgos sacando nuevos productos. Gracias a este grupo de cerveceros tenemos hoy en día más estilos de cerveza a nuestra disposición de los que ha habido nunca. Gracias a ellos podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que este es el mejor momento posible para los amantes de la buena cerveza. Y son ellos los que han hecho que el auge de la cerveza artesana de los últimos años merezca la etiqueta de "revolución".

Estos días he leido varias veces "Weihenstephan es una macro y prefiero sus cervezas a la gran mayoría de artesanas", correcto. Pero no todas las macros son Weihenstephan, de hecho, sobre todo en nuestro país, o en EEUU, lo que más abunda es precisamente todo lo contrario, empresas de las que hemos clasificado arriba en el segundo grupo. 

Entonces, ¿hay algo malo en el hecho de que grandes corporaciones compren cerveceras artesanas?
Otra vez, no y sí. Por un lado los argumentos de los pioneros de la cerveza artesana para vender son totalmente comprensibles. Ejemplos como el de Goose Island o el de Lagunitas corroboran esta opinión. En el caso de Goose Island parece que AB InBev está completamente comprometida con mantener la calidad de la cerveza, sigue contando con el mismo maestro cervecero e incluso ha adquirido muchas barricas nuevas para seguir con su serie de cervezas Bourbon County. En este enlace podeis leer un extenso artículo en el que un directivo de AB InBev se compromete en mantener la calidad de las cervezas de la marca.
Por otro lado, Heineken dará a Lagunitas y a sus inversores la tranquilidad económica que después de tantos años de trabajo sin duda merecen. Si siguen haciendo las cervezas de calidad por las que se dieron a conocer y además abaratan precios, todos salimos ganando, ¿no?

http://www.gooseisland.com/home.html

Pero, siempre hay un pero, en los dos casos los grupos empresariales han comprado cerveceras que ya funcionan, que tienen grandes cervezas en el mercado. Han apostado a caballos ganadores, están poniendo dinero pero en realidad no están arriesgando tanto. Y este es el fondo de la cuestión desde mi punto de vista. Si AB InBev y Heineken hubieran sido propietarias de Goose Island y Lagunitas respectivamente varios años atrás, ninguna de las dos cerveceras habría sido capaz de sacar al mercado las grandes cervezas que han hecho. Una empresa cervecera, no importa el tamaño que tenga, debería estar principalmente asesorada por cerveceros, no por analistas del HSBC. Por supuesto que tiene que hacer dinero, no vivimos en los mundos de Yupi, pero si esa es la motivación principal de la empresa nunca van a sorprendernos con cervezas nuevas, raras o extremas, se van a quedar simplemente en lo que saben que funciona. Dogfish Head importó un montón de madera de Paraguay para construir el fermentador más grande desde la prohibición en EEUU y elaborar en él su Palo Santo Marron (yo lo he visto y es descomunal), en la visita a su fábrica te cuentan que eso no es rentable para la empresa. Lo hacen porque son cerveceros y están flipados con lo que hacen, ningún asesor financiero está detrás.

Foto sacada de aquí.

Además, precisamente por pensar tanto en el dinero, no es descabellado pensar que a la larga abaraten costes y bajen la calidad. Este es el caso de la cerveza Beck´s, comprada por el grupo AB InBev, que ahora también se fabrica en EEUU y cuya caída de calidad han notado los consumidores americanos, como podeis leer aquí.

Tras todo esto hay que resaltar finalmente que las grandes cerveceras no están realmente amenazadas por el sector micro o artesano. En nuestro país este sector tiene un volumen total de negocio por debajo del 1% del total. También tiene, todo hay que decirlo, unas previsiones de crecimiento muy halagüeñas, pero en nigún caso puede llegar ni siquiera a largo plazo a unos porcentajes que puedan llegar a ser inquietantes para las grandes empresas del sector.
España se dice de tradición cervecera, pero la única tradición que tenemos es la de la cerveza muy fría y muy barata. En la mayoría de bares de España sólo tienen una opción en barril y esto, que sería impensable en otros países, aquí es lo más normal del mundo. Un amigo americano me decía que no puede entender cómo en España directamente se pide "una cerveza", sin especificar nada más. Es como pedir "un plato de comida" me decía.
En este contexto los grandes grupos cerveceros patrios lo tienen muy fácil para imponer su política de préstamos y subvenciones a cambio de largos contratos y de fijar precios altos que mantienen a los hosteleros fieles a sus productos. Estas prácticas han sido habituales desde hace un montón de años y hasta ahora a nadie parecía importarle. Nosotros esperamos que esto vaya cambiando poco a poco y que cada vez tengamos más opciones en bares no especializados.

Poco más, leeremos ávidos las opiniones de los demás sobre este tema. ¡Salud!