Liefmans Goudenband.

Abrimos el papel en la que viene envuelta, como un regalo para adultos. En vaso es muy oscura, alrededor de 40 EBC. Al ponerla contra la luz esta pasa con dificultad y entonces da destellos burdeos. Tiene una capa de espuma jabonosa y fina que permanece bastante tiempo en copa. En nariz es una explosión, se notan el caramelo y el tostado de las maltas, pero en seguida vienen aromas de pera madura y ciruelas pasas, con un toque de madera, incluso corcho. Un toque avinagrado está por encima de todo, pero sin ocultar nada, resaltándo los demas olores. En boca es muy compleja, enseguida vienen sabores añejos, afrutados y ácidos, muy equilibrados. Notamos cerezas, caramelo, especias y un toque floral. Tiene un cuerpo muy suave, que llena toda la boca, y una carbonatación suave. En el final volvemos a notar el ácido, pero esta vez tenemos sensaciones menos dulces, también deja notas resinosas.
En mi opinión, un escándalo de cerveza. No es para nada extrema, es muy compleja y sobre todo se nota que está muy bien elaborada. Todos los sabores están perféctamente integrados, el ácido destaca sobre lo demás, pero acompañando y resaltando, no es estridente al paladar. Los que no la hayais probado, si teneis oportunidad no lo penseis dos veces. ¡Salud!
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